San Antonio, Las Grutas y Playas Doradas
6 a 11 de octubre.
Amanece muy nublado y pronto volvemos de nuevo por la carretera al Cóndor, Viedma y después la ruta 3 que va casi en línea recta desde Viedma a San Antonio, nuestra siguiente parada. Adentrándonos en la aridez de la Patagonia, dejamos a nuestra derecha Río Negro único cauce de regadío de estas latitudes y nos metemos en la llanura semiáridas. Desaparece el ganado, los árboles, las lagunillas y comienza la vegetación de matorral.
San Antonio está en una gran bahía y tiene dos pedanías, la del Este será la que visitemos primero, pues nos queda de paso, además hay una colonia de lobos que queremos ver. El día está muy cerrado, incluso nos caen unas gotas por el camino.
Paseamos por la costa, no de arena ni de piedras, de conchas, cantidades inmensas de conchas de todos los tamaños y colores, el montículo que dejan las olas al romper en la costa es todo de conchas, un montículo de más de un metro de alto. Llegamos hasta el grupo los lobos marinos. Son una pequeña colonia de unos 10 pero que podemos acercarnos a pocos metros. Regresamos a la Merche y nos adentramos un poco más en la Bahía parándonos en un lugar de la costa dónde están volando unas cometas de kitesurf, hace un aire importante, los kitesurfistas hacen increíbles piruetas en el aire y cogen unas velocidades importantes. Volvemos al otro lado del pueblo donde hemos visto una playa y caminos para pasar la noche, llegamos a otra playa conchitas, impresionante la cantidad de conchas de almejas grandes, tanto que es blanca. Hay bastante gente pescando, está subiendo la marea y es domingo, Jesús se pone a pescar con unos argentinos que le dejan carnada. El aire sigue soplando, Merche se mece como si fuera un barco y nos acostamos con esa sensación.
Salimos para San Antonio oeste, tenemos que hacer algo de compra y sobretodo colada. Encontramos de todo en San Antonio es un pueblo grande que tiene de todos los servicios. Miramos el camping pero es un lugar un poco cutre y no hay nadie, nos vamos a la bahía, hay marea baja y el mar se ha alejado más de doscientos metros. A la tarde vamos por la ropa y nos vamos del pueblo a otra playa pero nos metemos en un camping que está abierto pero sin servicios.
Llegamos a Las Grutas, nada más entrar encontramos una tienda con carnaza para pescar y un lugar para darle una ducha a Merche. Jesús conversa con la dependienta de la tienda de pesca para enterarse de las técnicas de pesca, que se pesca y adquiere algunos elementos y camarón congelado. En la costa se pesca sobretodo pejerrey, que al parecer es un pescado muy rico. Tras la charla entramos en un box para darle una lavado a la Merche.
Nos colocamos justo en el centro del pueblo frente a la costa. Carmen encuentra el centro de buceo y queda para el día siguiente. Damos una vuelta por el pueblo, está todo cerrado, y por la playa que es donde están las grutas. El pueblo se encuentra sobre una costa con un acantilado donde se encuentran las grutas, unas cuevas, muy mal conservadas y con bastante porquería, que de vez en cuando se lleva el mar.
Por fin es el día de Carmen, ha quedado con la gente del club a las 8, junto a Carmen van a bucear una pareja que está haciendo un curso recordatorio con seco y una muchacha joven y el instructor. Nos vamos a un pecio hundido en una pequeña reserva a unos 10 km de la costa, 40 minutos de zodiac. El día está precioso y en el camino nos cruzamos con varios grupos de delfines. El pecio está a 22 m con marea alta, aquí las mareas son potentes, en torno a los 8 m, mientras hacemos la inmersión, solo 30 minutos, baja 1 m!.
El pecio es un pesquero de unos 20 m de eslora hundido hace menos de 1 año, tiene mucha vida pero el agua está tan verde y tan fría, 10 grados, que no se alcanza a ver nada ni disfrutar de la inmersión, solo al final aparece un lobito marino que lo alegra todo. A la vuelta otros 40 minutos y mojada Carmen llega congelada, encima el club no tiene duchas. Mal sabor de boca para ser la primera buceada pero sin ganas de repetir, comenta Carmen. Una buena ducha calentita en la Merche la levanta el ánimo.
Compramos comida preparada y vamos a una playa que nos han recomendado pero no nos gusta, así que aunque sea volver sobre nuestros pasos, regresamos a la playa de las conchitas que tanto nos gustó, Jesús se pasa toda la tarde pescando y Carmen se da un paseo relajante y largo subiendo la marea. La pesca no ha estado mal, tres pejerrey y un sarguito.
Jesús se levanta muy temprano para ver amanecer y pescar, Carmen le acompaña mucho más tarde, vale la pena, ha pescado otros seis pejerrey que dicen que está muy bueno frito.
A medio día salimos en ruta, dirección a Puerto Madryn (Península Valdés). En Sierra Grande nos desviamos hacia el mar de nuevo a Playas Doradas, un pueblo costero muy turístico pero como estamos en temporada baja está totalmente vacío. El nombre Dorado es real, al contrario de todas las playas de alrededor de arena obscura, estás tienen un dorado muy bonito. Nos alejamos del pueblo por una pista de arena y piedras para pernoctar justo en frente del mar y la playa de arena dorada abajo.
Nos levantamos y mientras desayunamos vemos en la playa un león marino, bajamos a hacerle unas fotos. Una mañana luminosa.
De nuevo ponemos camino a Madryn, por fin llegamos!. Dejamos a Merche en un céntrico parquin y nos vamos a comer y sacar información sobre la zona, a la tarde pernoctamos en un camping cercano.
