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Días 859 a 863 Argentina – Noroeste de Argentina Zona de Salta y Jujuy – El Pucará de Tilcara y – 241 km

25 a 29 de mayo

Día 859

Hoy toca visitar la ciudad de Salta, además nos damos cuenta  que es festivo, hoy es el día de la independencia de Argentina, fiesta en todo el país y todo cerrado.  Nos vamos al centro y desde la plaza 8 de mayo comenzamos la visita por el centro, pasamos al Cabildo, casona con un pequeño museo de historia de la ciudad. La catedral está cerrada pero tiene una fachada bonita, comemos en un restaurante típico comida típica, Jesús guiso de cabrito y Carmen locro, un guiso contundente de judía, maíz y mucha carne. Después nos acercamos al museo de arqueología de alta montaña, muy interesante porque tienen una muestra de arqueología en altura y el hallazgo documentado de los niños de Llullaillaco, muy interesante.

Después nos vamos a la zona del teleférico donde hay muchas tienda de artesanía,  damos una vuelta y después subimos  en el teleférico donde hay unas vistas muy bonitas de Salta, se hace de noche cuando ya bajamos y volvemos al camping ya cansados y tarde.

Museo de arqueología de alta montaña 

GPS -24.78485206109333, -65.3970184338417

Los niños del Llullaillaco, uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos tiempos, el cual data de hace más de 500 años, durante el apogeo del estado inca, poco antes de la llegada de los conquistadores españoles. 

Hace más de quinientos años, una comitiva ceremonial ascendía hasta la cumbre del volcán Llullaillaco, para culminar con una de las ceremonias más importantes del calendario ritual incaico, conocida como Capacocha. Iniciada posiblemente en la legendaria ciudad de Cuzco, su realización implicó un largo recorrido en tiempo y espacio, y tuvo como protagonistas a los hoy conocidos como Niños del Llullaillaco. Y a más de un centenar de objetos, muchos de ellos exquisitas miniaturas, que los acompañaron en este viaje al encuentro con los antepasados y los dioses.

Durante más de cinco siglos, el volcán guardó celoso en su cápsula del tiempo lo que en 1999 se convertiría en uno de los hallazgos más importantes en el campo de la arqueología, y que permitiría a los científicos, posteriormente, reconstruir este aspecto de la vida incaica.

La característica principal de la colección que hoy pone en valor el Museo de Arqueología de Alta Montaña, reside en el particular estado de conservación, tanto de los niños, como de los objetos que los acompañaban que, como consecuencia de las circunstancias climáticas de la montaña, permanecieron intactos durante varios siglos de entierro.Los Niños del Llullaillaco

Fueron ofrendados a 6.700 mts., en la cumbre del legendario volcán Llullaillaco. Sus tumbas, las más altas en todo el Tawantinsuyu y posiblemente en el mundo, guardaron durante cinco siglos los secretos de un importante ritual.

Hoy, gracias a las investigaciones arqueológicas, podemos conocer más sobre la forma de vida de nuestros antepasados.

Estos niños, que hace varios siglos cedieron su tierna vida a un propósito divino en el lugar más cercano al Sol, hoy nos transmiten la sabiduría milenaria de los pueblos que habitaron en el mundo andino.

Las características únicas del hallazgo y el estado de conservación de los cuerpos, obligan a un cuidadoso y respetuoso tratamiento.

No son simples objetos que se exponen en una vitrina. Son seres humanos cuya exhibición puede generar diferentes tipos de reacciones y sentimientos.

Por ello el visitante puede elegir si desea o no observar los cuerpos, siempre con mucho respeto y silencio.

Este museo, específico en su temática, intenta ser un generador de inquietudes y preguntas cuyas respuestas se encuentran en los miles de años de nuestra historia americana.

La Niña del Rayo

Esta niña tenía un alrededor de seis años. Estaba sentada con las piernas flexionadas, las manos semiabiertas apoyadas sobre los muslos y su rostro en alto apuntando hacia el Oeste-Suroeste.

Luego de su entierro, en algún momento de los últimos siglos la elevada temperatura de una descarga eléctrica quemó parte de su rostro, cuello, hombros y brazos, como asimismo sus prendas y parte del ajuar que la acompañaba.

Lleva puesto un vestido o acsu de color marrón claro ajustado en la cintura por una faja multicolor. Sobre sus hombros la cubre un manto o lliclla de color marrón sostenida por un prendedor o tupu de plata colocado a la altura del pecho.

La cabeza y parte del cuerpo estaba cubierta por una gruesa manta de lana oscura, y todo el cuerpo estaba envuelto en otra manta de color claro con bordados rojos y amarillos en su perímetro.

Su cabello lacio está peinado con dos trenzas pequeñas que salen de la frente, y lleva como adorno una placa de metal. Sus ojos están cerrados y la boca semi abierta, pudiéndose observar la dentadura. Posiblemente como sinónimo de belleza y jerarquía, aunque también puede responder a una cuestión de identidad étnica, su cráneo fue intencionalmente modificado, adoptando una forma cónica.

La Doncella

Esta joven mujer tenía aproximadamente quince años de edad. Estaba sentada con las piernas flexionadas y cruzadas, sus brazos apoyados sobre el vientre y su rostro mirando en dirección opuesta a la niña del rayo.

Tiene un vestido o acsu de color marrón claro ajustado en la cintura por una faja con dibujos geométricos que combinan colores claros y oscuros con los bordes rojos. Sobre sus hombros lleva un manto o lliclla de color gris con guardas rojas, sostenida por un prendedor o tupu de plata a la altura del tórax. En su pecho, cerca del hombro derecho, tiene un conjunto de adornos colgantes de hueso y metal.

Su largo cabello está peinado con pequeñas trenzas, como era costumbre en algunos poblados de los Andes. Los peinados y adornos en la cabeza servían para identificar a las personas cultural y geográficamente.

Su rostro fue pintado con un pigmento rojo, y arriba de la boca se observan pequeños fragmentos de hojas de coca.

Posiblemente esta joven haya sido una aclla o «virgen del Sol» educada en la «Casa de las Escogidas» o aclla huasi, un lugar privilegiado para las mujeres en el tiempo de los Incas.

El Niño

Su edad ronda los siete años. Estaba sentado sobre una túnica gris con las piernas flexionadas y su rostro -en dirección al sol naciente- apoyado sobre las rodillas.

Un manto de color marrón y rojo cubría su cabeza y mitad del cuerpo.

Como todos los hombres de la elite incaica llevaba cabello corto y un adorno de plumas blancas, sostenido por una honda de lana enrollada alrededor de la cabeza.

Está vestido con una prenda de color rojo; tiene en sus pies mocasines de cuero de color claro con apliques de lana marrón; posee tobilleras de piel de animal con pelaje blanco y en su muñeca derecha lleva puesto un brazalete de plata.

Sus puños están cerrados; el rostro no es visible y sus párpados están semi cerrados. Así como la Niña del rayo, posee una ligera deformación intencional del cráneo.

Como parte de su ajuar se encontraban cuatro grupos de objetos en miniatura representando caravanas de llamas conducidas por hombres con finas vestimentas, representando esto una de las principales actividades masculinas.

Las hondas eran usadas por los hombres con fines rituales; con ellas lanzaban piedras a las lagunas después de la estación seca para atraer a las lluvias.

Llullaillaco La geografía sagrada

Para las culturas americanas precolombinas la naturaleza fue considerada sagrada. En especial las montañas que fueron dioses o apus que protegían a las comunidades.

El estado Inca le dio suma importancia a este antiguo culto, y sus habitantes construyeron en las cimas pequeños edificios para los rituales religiosos, hoy conocidos como «adoratorios o santuarios de altura».

Se conocen unas doscientas montañas con restos arqueológicos en toda la cordillera de los Andes. La provincia de Salta tiene en su territorio cerca de cuarenta, siendo uno de los distritos andinos con mayor cantidad de adoratorios de altura.

De todos los picos de la región, el volcán Llullaillaco es el más alto; y posiblemente fue uno de los más importantes sitios de culto, teniendo en cuenta el trabajo invertido en la construcción de los edificios que se encuentran desde la base hasta la cima, el camino y el tipo de ofrendas allí depositadas hace cinco siglos.

Pernocta: Salta – Camping Municipal GPS -24.8124628, -65.4194269

Día 860

A Jesús se le a ocurrido buscar una grúa que suba a la Merche al punto más alto del paso fronterizo con Perú e intentar bajar la cordillera. Temprano  Jesús se va a buscar unas ruedas, la Merche necesita cambiar las ruedas delanteras y preguntar si hay por la  grúa. Ninguna de las dos cosas son posible, las ruedas están muy caras, no se puede comprar nada que sea de importación y la grúa tiene un precio desorbitado,  nos cobra 3500 euros por llevarla hasta Calama. Carmen deja la ropa en la lavandería y se da una vuelta de nuevo por Salta. Carmen.- entro en el museo casa del general Güemes, un museo con explicaciones en audiovisual sobre la vida del general, están  bien hechas las películas pero el museo no tiene gran cosa. Por la tarde Jesús se va a la consulta de un oculista, tiene molestias en el ojo derecho, le hace una buena revisión y no aprecia nada por lo tanto se queda tranquilo. 

Pernocta: Salta – Camping Municipal GPS -24.8124628, -65.4194269

Día 861

Salimos con mucho tráfico y llegamos sin problemas  a Jujuy, sin entrar en la ciudad seguimos a un camping a las afueras, en Yala. Es un camping muy bonito, con mucha sombra, comemos en un restaurante  y damos una vuelta  por el pueblo, es pequeño pero lleno de parques con columpios. 

Pernocta: Yala – Camping  el Refugio GPS -24.1174195, -65.4036786

Día 862

Día de limpieza, Jesús hace alguna reparación y Carmen a limpiar por dentro. Esta tarde es la final de la Champions y Jesús no se la quiere perder. Tarde muy emocionante y tensa. Gana el Real Madrid su 14 Copa de Champion al Liverpool por 1-0. Jesús ha estado comentando el partido con Dani a través de WhatsApp. Jesús.- me ha gustado y emocionado mucho poder ver el partido con Dani, no hemos parado de hacer comentarios del juego.

Pernocta: Yala – Camping  el Refugio GPS -24.1174195, -65.4036786

Día 863

Salimos del camping, una mañana muy fría comenzamos con mucha niebla y poco a poco se va despejando según comenzamos a subir la quebrada. La carretera comienza a seguir el río subiendo lentamente, llegamos por fin a la Quebrada de Humahuaca, desde el comienzo vemos que el paisaje árido y duro nos va a impactar por su belleza. Todo el recorrido está salpicado de cactus conocidos como cardones, su tronco central cilíndrico puede alcanzar los 50 cm de diámetro hasta 15 m de altura formando ramas como de candelabro, con espinas de hasta 15 cm de longitud.

Antes de comer paramos en el Pukará de Tilcara es un sitio arqueológico formado por numerosas construcciones realizadas por los tilcaras, fue un punto estratégico sobre la Quebrada de Humahuaca.

A la entrada hay un bonito jardín botánico de cactus.

El Pucará de Tilcara (coordenadas GPS -23.586198963088968, -65.40194618649954) es uno de los asentamientos prehispánicos más importantes de la Quebrada de Humahuaca. Ubicado estratétigamente en la zona donde confluyen la quebrada principal y las de Huasamayo y Huichaira, este sitio permite dominar los cuatro accesos hacia la región de la Puna y la de los Valles. Hoy en día es uno de los atractivos turísticos más visitados de la provincia de Jujuy. Estas ruinas de origen pre-incaico se encuentran en el pueblo de Tilcara, a sólo 1.5 km de su plaza principal.

El término «Pucará» significa «Fortaleza» en lengua Quechua. Este Pucará es uno de los tantos que existen en la Quebrada de Humahuaca, y en toda la región andina central hasta el Ecuador. 

Antiguamente esta fortaleza se utilizaba como punto estratégico para la defensa y resguardo de los cultivos y riquezas de los tilcaras, una tribu local que formaba parte de la etnia de los omaguacas. Hasta hace poco se pensaba que la riqueza custodiada se encontraba dentro de lo que hoy sería el territorio de la ciudad de Tilcara pero en realidad se hallaba en las laderas del río Huasamayo, camino a las Yungas, hacia el este de la provincia de Jujuy, en donde se pueden observar cientos de terrazas de cultivo andinas. Estas constituyen y constituyeron el principal tesoro de estos pueblos andinos, siendo su principal riqueza la quinoa.

Aún así y dada la lejanía con la zona de cultivo principal, el Pucará de Tilcara funcionaba como una pequeña aldea, con corrales, viviendas, terrazas de cultivo propias y centros religiosos. En la parte sur del Pucará se encuentran los corrales en donde antiguamente se guardaban las llamas, parte importante de la economía de los lugareños de antaño.

Enlace externo: https://www.antiguatilcara.com.ar/es/blog/notas/pucara-tilcara-las-antiguas-ruinas-arqueologicas

Ya de noche paramos en la población de Uquia.

Pernocta: Uquia – En la plaza GPS -23.303939,-65.355725

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