Bosque de Ombúes y Laguna de Castillos
30 de Julio
Sorprende la noche sin luces con el cielo lleno de estrellas y el silencio roto por el croar de las ranas. El amanecer se llena de todo tipo de canto de pájaros, parece que unos se contestan a otros. A las 9:00h. nos dirigimos al embarcadero del río donde habíamos quedado con el guía y nos informa que su familia, la familia Olivera, es la propietaria del bosque de Ombús que vamos a visitar.
La excursión es un paseo en barco que te lleva al bosque y al comienzo de la Laguna de Castillos. Su precio de de 500 pesos por persona pero como no hay más turistas, tendremos que pagar el precio total que es de 2.500 pesos, unos 65€. Vale la pena, tanto el paseo el barco como el paseo por el bosque es una maravilla.
El Ombú es un árbol o arbusto gigante, no se ponen de acuerdo, para mí tienen todo el aspecto de un árbol de tronco importante pero en su mayoría hueco sobre el que crecen ramas, no excesivamente alto, ahora en invierno no tienen hojas, tan sólo los pequeños retoños que no las pierden, el ombú tiene de especial que crece en capas como una cebolla y teje las capas nuevas y ramas con hilos o corta una rama y teje tapando la herida. Estos árboles se ponen en las puertas de las casas porque en el verano dan mucha sobra y dice la leyenda que atraen los rayos evitando que caigan en las casas.
Junto con los ombues hay coronilla, árboles de porte imponente y madera muy dura. A la orilla del lago vemos numerosas aves y el guía nos va diciendo nombres, garzas, garcilla, cisne cuello negro, cisne negro, cigüeña, chajá, cormorán, etc. …
Después de esta estupenda excursión, que ha durado 2,30h. ponemos rumbo a Cabo Polonio a 46 km. Pernoctamos 2 km antes en Aguas Dulces ya que la entrada a Cabo Polonio está cerrada. GPS: -34.35743, -53.84546
Por ser bulliciosas, se alarman fácilmente y comunican su alarma, iniciando una serie continua, insistente y estridente de fuertes sonidos, por medio de los cuales previenen a todos los animales que puedan escucharlas. Algunos productores agropecuarios las utilizan como protectores, ya que son muy agresivas, como aves avisadoras que alertan a los campesinos de gente extraña que se acerca al lugar.
TERO: Son bulliciosas, se alarman fácilmente y comunican su alarma, iniciando una serie continua, insistente y estridente de fuertes sonidos, por medio de los cuales previenen a todos los animales que puedan escucharlas. Algunos productores agropecuarios las utilizan como protectores, ya que son muy agresivas, como aves avisadoras que alertan a los campesinos de gente extraña que se acerca al lugar.
CHAJÁ: Es ave que habita en buena parte del sur y centro de Sudamérica. Tiene gran tamaño, unos 75 cm de pico a cola, y se considera un símbolo de las pampas. Es miembro de una familia de aves exclusiva de América del Sur y está emparentado con los cisnes y los gansos, aunque a primera vista no se parece a ninguno de los dos grupos.
