Día 640 – Chile – Desierto de Atacama 4 – Los Geiser del Tatio – 138 km

Los Geiser del Tatio

18 de octubre

Día 640

Nos levantamos a las 5, tenemos que salir muy temprano, nos esperan 90 km de ripio. Hay que llegar pronto a los Geiser del Tatio para ver bien sus fumarolas ya que cuando aprieta el calor no se aprecian bien. La carretera, aunque tiene tramos malos, está en buenas condiciones. Subimos de un tirón, desde los 2.600 msnm de Sam Pedro de Atacama hasta los 4.200 msnm, a pesar de que el paisaje que vamos dejando atrás sea para quedarse en cada quebrada y lago pero hay que llegar pronto.

Los Geiser del Tatio están en una gran explanada con varias zonas de paseo y muchas grietas y pozos por las que salen grandes fumarolas de vapor de agua, la extensión es mucho mayor de lo que se puede apreciar a simple vista, algunos están cerrados al público otros muy alejados de las zonas habilitadas pero es un espectáculo único, nos deja sin palabras y todavía no hemos visto todo.

El Tatio tiene cerca de 80 géiseres, aproximadamente un 8% de los existentes en el mundo. A pesar del número de géiseres las erupciones no son de gran altura, alcanzando una media de 76 centímetros.  El agua emerge a unos 86 ºC de temperatura, que es su punto de ebullición a esta altura. El depósito de agua está dentro de las rocas volcánicas, cubierto por capas impermeables; las fallas conducen el agua caliente a la superficie. Se ignora cuál sea la fuente de calor, pero quizá sea un magma o una intrusión ígnea.

Tras la visita, nuestro guía Gonzalo nos lleva a otra zona que no está incluida en el tour turístico de las agencias, la llaman del “geiser viejo”. Primero visitamos un geiser de barro, es un pozo del que mana a borbotones barro muy caliente. Después caminamos hasta una pequeña laguna de donde salen pequeñas fumarolas y borbotones de barro a su alrededor, los colores van cambiando del blanco al rojo, pasando por marrones y grises como una paleta de colores terrosos. Avanzamos un poco tras una pequeña colina y aparece otro geiser que, sin fumarolas, sus aguas se deslizan desde lo alto blanqueando la ladera de cal y sal, que cuando llega al llano crea un riachuelo de sobre roca que con las sales, los minerales y las bacterias crea un cauce de mil colores rojos, marrones, amarillos , verdes, una maravilla. De allí sale un camino hacia el río, donde podíamos haber bajado a bañarnos en agua caliente pero en su lugar caminamos un poco por el alto para ver el valle desde arriba y apreciar de cerca unas plantas especiales que viven en altura y son muy especiales. Comemos allí mismo para a continuación bajar de nuevo, esta vez parando en cada lugar que recomendaba Gonzalo o donde nos gustaba, paramos en el río blanco, un río seco que ha dejado sus huellas salitrosas por donde pasó y volverá a pasar con las pocas nieves de todos los años. Pasamos por varias quebradas y lagunas viendo vicuñas, patos, vizcacha (conejo del desierto), flamencos con la suerte de ver una parada nupcial de flamencos!. Continuamos camino y en el pequeño poblado de Guatin compramos queso de cabra recién hecho y buenísimo.

Llegamos a San Pedro pronto y Gonzalo nos propone subir a una quebrada en la entrada a San Pedro justo al lado de la carretera. Una caminata de una hora por el interior de una quebrada de grandes paredes de tierra roja muy compactada que se va estrechando hasta llegar al final con tan solo unos tres metros de ancho. En el recorrido oímos crujidos del movimiento interior de los grandes bloques de tierra compactada, da un poco de “yuyu”. Acabado el recorrido regresamos a San Pedro, llegamos cansados pero sabiendo que este día ha sido el más intenso y perfecto de estos últimos meses.

Pernocta: San Pedro de Atacama, Parque Tumisa

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