Días 37 y 38 – Uruguay – Pozo Hondo y la Represa de Cuñapiru – 160 Km

Pozo Hondo y la Represa de Cuñapiru

12 y 13 de agosto

Arrancamos la Merche con el arrancador y salimos pronto a Tacuarembo a comprar la batería, dejamos la Merche arrancada mientras compramos alguna cosa más. 


Alfredo nos recomendó ir a ver pozo hondo, para visitarlo tenemos que ir por el otro lado del valle, ya que por Valle Edén no podemos cruzar dada la crecida del arrollo y estar el paso del rio con más de un metro de profundidad. La carretera es de tierra y piedra y está lleno de pájaros, muchos ñandúes. 

Dormimos en un mirador de este camino solitario donde solo nos cruzamos con un coche y una moto.

A la mañana cambio de batería y arranca a la primera. Primera batería del viaje.

Nos acercamos hasta pozo hondo, está difícil de localizar, aparcamos al borde del camino en el lugar que nos indicó de Alfredo, el paso está cortado por una valla y una puerta que tiene un candado, decidimos saltar la valla y seguir el rastro de un pequeño sendero sin ninguna indicación, tras 15 minutos damos con el rio y pozo hondo. Es un lugar donde el rio a cavado la tierra y ha formado un gran pozo, que según las explicaciones de Alfredo nadie ha conseguido saber su profundidad.

Después de ver pozo hondo, salimos hacia el norte. Por el camino el camino nos cruzamos con una pareja en una autocaravana, nos paran y después de conversar un poco nos ofrecen su casa en Rivera y toda la información que precisemos, nos dan su teléfono.

En el camino nos encontramos con la magnífica estampa de Gauchos dirigiendo sus reses a algún lugar con mejor pasto.

Os dejo este poema de Jorge Luis Borges «El Gaucho»

Hijo de algún confín de la llanura 

Abierta, elemental, casi secreta, 

Tiraba el firme lazo que sujeta 

Al firme toro de cerviz oscura.

Se batió con el indio y con el godo, 

Murió en reyertas de baraja y taba; 

Dio su vida a la patria, que ignoraba, 

Y así perdiendo, fue perdiendo todo.

Hoy es polvo de tiempo y de planeta; 

Nombres no quedan, pero el nombre dura. 

Fue tantos otros y hoy es una quieta 

Pieza que mueve la literatura.

Fue el matrero, el sargento y la partida. 

Fue el que cruzó la heroica cordillera. 

Fue soldado de Urquiza o de Rivera, 

Lo mismo da. Fue el que mató a Laprida.

Dios le quedaba lejos. Profesaron 

La antigua fe del hierro y del coraje, 

Que no consiente súplicas ni gaje. 

Por esa fe murieron y mataron.

En los azares de la montonera 

Murió por el color de una divisa; 

Fue el que no pidió nada, ni siquiera 

La gloria, que es estrépito y ceniza.

Fue el hombre gris que, oscuro en la pausada 

Penumbra del galpón, sueña y matea, 

Mientras en el Oriente ya clarea 

La luz de la desierta madrugada.

Nunca dijo: Soy gaucho. Fue su suerte 

No imaginar la suerte de los otros. 

No menos ignorante que nosotros, 

No menos solitario, entró en la muerte.

Llegamos a comer a la antigua represa de Cuñapiru, la primera represa construida en Sudamérica finales del s. XXVIII  para moler cuarzo y extraer el oro, también se aprovecharon sus instalaciones como hidroeléctrica. Son unas ruinas de casas y naves donde se encuentran los restos oxidados y reverdecidos por la humedad, son máquinas enormes movidas con motores a gasoil con las que molían, lavaban el cuarzo y extraían el oro.

La empresa, fue instalada por la «Compañía Francesa de las Minas de Oro del Uruguay», durante un período en el cual la «fiebre del oro» del lugar, atrajo a inmigrantes europeos que se asentaron en las proximidades del cerro, pasando a ser los funcionarios de la represa.

Todavía se aprecia el lago artificial que contenía más de 3 millones de metros cúbicos de agua, que ponían a funcionar las cinco turbinas, las cuales generaban un total de 550 kW/h. En su apogeo, fue capaz de producir y moler 150 toneladas de cuarzo al día. Estas piedras eran traídas desde Santa Ernestina, en un tren cuya locomotora se apodó «La Clotilde». La electricidad generada, abastecía a la localidad de San Gregorio y Corrales, además de poner en funcionamiento la usina, y movilizar los aerocarriles para el traslado de materias primas, entre ellas, el oro extraído de la mina.

Llama la atención que sea Monumento Histórico Nacional ya que carece del más mínimo plan de conservación, la carcelería está totalmente deteriorada por el paso del tiempo y no hay ningún tipo de seguridad para evitar que los visitantes tengan un accidente. El lugar solo está habitado por ovejas

Después de la visita salimos a la población minas de Corrales, donde pernoctamos.

Pernocta día 37, Represa de Cuñapirú. GPS: -31.52337, -55.59178

Pernocta día 38, Minas de Corrales. GPS: -31.57613, -55.46632

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